¿Qué es un despido disciplinario?
Esta es la pregunta que intentaremos responder en este post. También revisaremos las causas, las consecuencias y cómo impugnar si fuese necesario. Si has recibido una carta de despido, es vital que entiendas si tu despido fue improcedente y, si es así; puedes probar con hechos de buena fe e impugnar el despido o la sanción.
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¿Qué es el despido procedente o disciplinario?
Un despido procedente o disciplinario es aquel en que la empresa rescinde el contrato de un trabajador por un incumplimiento grave de sus obligaciones en virtud del contrato de trabajo o de las normas de la empresa.
Por ejemplo, transgresión de la buena fe contractual de la empresa, disminución continuada y voluntaria de embriaguez habitual o toxicomanía, incumplimiento grave y culpable como ofensas verbales o físicas entre otras causas del despido disciplinario.
Además, un despido procedente se lleva a cabo con los procedimientos de despido del trabajador especificados en el contrato de trabajo o en las normas de la empresa, y cuando existen pruebas de que se ha cometido una falta grave por parte del trabajador.
Si te despiden por una causa, tu empleador debe notificar por escrito el motivo o los motivos de tu despido. Si la empresa te despide tras considerar tu respuesta, debe entregarte una carta en la que indique que no habrá acto de conciliación entre ambas partes.
Además, un empleado tiene derecho a recurrir un despido disciplinario en un plazo de 20 días hábiles tras la notificación de la decisión. Al igual que en cualquier otro tipo de despido, en última instancia el empresario es quien decide los efectos del despido y el finalizarlo.
Por lo tanto, los aspectos más importantes que hay que abordar al hablar de esta terminación son:
- Si el empleador rescinde el contrato, se trata de un despido disciplinario. Si el trabajador dimite, no se contabiliza como despido disciplinario.
- Para qué consideremos “improcedente” un despido disciplinario, el trabajador no debe haber incumplido la política de la empresa. Veremos que no cualquier tipo de incumplimiento es motivo de despido, sino que debe ser uno establecido o previsto por la ley.
Características de despido para la empresa
Una vez detectado que la empresa no determina ni lleva a cabo un despido justo, estaríamos hablando de una improcedencia del despido, y por ello, si el despido es declarado como improcedente, la empresa podría optar entre readmitir al trabajador y abonar los salarios de tramitación o pagar una indemnización por despido improcedente.
Vamos a ver ahora tres casos característicos de despido disciplinario.
Despido objetivo
Se consideraría un despido objetivo si se despidiera a un empleado, por ejemplo; por motivos de finanzas de la empresa. Además, si se le despide de su puesto de trabajo tiene derecho a 20 días hábiles de salario, días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades. No obstante, el despido objetivo debe ser notificado por la empresa con 15 días de antelación al trabajador.
Además, son causas objetivas de despido que se consideran justas, tal y como regula el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores.
Por ejemplo, la falta de un empleado para cumplir con las responsabilidades de su puesto de trabajo. Mencionada deficiencia debe ser evidente para el empleador desde el principio.
Hay que mencionar que, hasta febrero de 2020, las faltas de asistencia o puntualidad se tenían en cuenta como posible causa de despido objetivo injustificado cuando alcanzaban un porcentaje máximo de faltas permitidas.
Despido disciplinario
Los empleados serán despedidos por falta grave y continuada como: indisciplina o desobediencia, abuso de racismo en origen racial o étnico religión, toxicomanía si repercuten negativamente a otros empleados, falta confianza en el desempeño, etc. No tienen derecho a ninguna indemnización, preaviso o compensación por despido, aunque si cumplen los requisitos, pueden optar a otras prestaciones laborales por desempleo.
La empresa debe notificar por escrito al trabajador sobre el despido procedente; especificando los motivos de cese; dándole la oportunidad de defenderse con datos legítimos. Si tras considerar la defensa sin haber una papeleta de conciliación, la empresa, decide despedirte por la falta que hayas cometido, debe notificar por escrito esta decisión y las razones de la misma.
El trabajador tiene derecho a recurrir el despido disciplinario en un plazo de 15 días a partir de la notificación de la decisión.
Despido disciplinario preaviso
El cese es efectivo inmediatamente. No se exige un preaviso, y no puede retractarse, aunque el cese sea declarado posteriormente ilegal o nulo. Como su nombre indica, es una forma de finalizar el contrato sin un documento de preaviso al trabajador, de acuerdo con lo establecido en la Ley de Contrato de Trabajo.
Causas de un despido disciplinario
Es fundamental comprender que no te pueden despedir por cualquier justificación. Hemos observado que el contrato de trabajo puede terminar si el empleador decide que el trabajador ha incumplido algo mediante el despido.
Las causas que puede esgrimir una empresa para extinguir el contrato de un trabajador se encuentran en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores.
Pero, como hemos visto, es necesario que haya algo más que un simple incumplimiento; también es necesario que se califique como grave y reprochable. Las siguientes alegaciones pueden permitir al empleador proceder al despido disciplinario:
- La reducción continua e intencionada del rendimiento en el trabajo, según la definición del empresario.
- Si su adicción a la bebida o a las drogas tiene una influencia negativa en su trabajo, se considerará un problema de rendimiento de trabajo normal.
- Está prohibido el acoso por motivos de raza, etnia, religión, creencias, discapacidad, edad u orientación sexual. También incluye cualquier forma de acoso sexual o abuso por razón de género contra el empresario o los empleados que trabajan en él.
- Si continuamente llega tarde al trabajo o se toma demasiados días libres, su empleo puede estar en peligro.
- Falta voluntaria en el rendimiento
- Falta de disciplina o incumplimiento de órdenes en el trabajo o bajo rendimiento.
- Abuso de confianza con otros colaboradores.
- Faltar a la buena fe contractual de los valores de la empresa o transgresión de la buena fe.
- No realizar el trabajo normal o pactado dentro de los acuerdos laborales.
- Cualquier forma de acoso hacia el empresario o hacia otros empleados, ya sea verbal o físico, está estrictamente prohibida.
- La falta de buena fe en el cumplimiento del contrato, así como la falta de confianza en la realización del trabajo.
Consecuencias de un despido disciplinario
La empresa te notificará los cargos por escrito y te dará la oportunidad de explicar tu versión. Tras tener en cuenta tu defensa, te comunicarán su decisión por correo con una justificación de dicha elección sea a tu favor o no.
Sólo dispone de 15 días para recurrir un despido disciplinario tras la notificación de la decisión. En el entorno laboral se sabe que las relaciones entre el empresario y el empleado pueden terminarse, pero los despidos disciplinarios están muy regulados y conllevan una serie de consecuencias. Lo mejor es evitar este tipo de despido si es posible.
El hecho de haber sido despedido por una falta no conlleva ninguna indemnización, a diferencia de lo que ocurre en otras circunstancias, como cuando un trabajador demanda una indemnización por despido improcedente o nulo. En esta última situación, es decir, cuando el despido se considera improcedente, se indemnizará.
Además, si un empleador decide despedir a un empleado, está obligado por ley a proporcionarle una liquidación por despido.
Esto debe incluir todas las formas de pago que el empresario debe al empleado, como: las vacaciones no disfrutadas, los salarios no pagados y cualquier gasto relacionado con el trabajo que no haya sido reembolsado.
Si te enfrentas a un despido disciplinario, sigues teniendo derecho a las prestaciones por desempleo como en cualquier otro tipo de despido. Si piensas impugnar la decisión, tienes 20 días para hacerlo.
Importancia de la Carta de despido disciplinario para el trabajador
La carta de despido es fundamental, ya que si no sigue las formalidades básicas necesarias, se puede inferir que hubo fraude. Es decir, podríamos creer que estamos ante un despido fraudulento.
Para ello hay que asegurarse de que la carta de despido cumple con todos los criterios formales básicos, ya que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha reforzado su vigilancia ante el temor de que se produzca un posible fraude por convivencia entre la empresa y el trabajador en el convenio colectivo.
Para para que la demanda sea admitida, debe probarlo:
- El despido no se basó en ninguna de las causas previstas en la ley o en el contrato.
- El empresario no siguió el procedimiento adecuado para el despido disciplinario.
- La sanción impuesta fue desproporcionada con respecto a la falta cometida.
Si el despido es disciplinario, el trabajador no tiene derecho a ninguna liquidación económica. Esto se debe a que no hay obligación legal de pagarle ningún tipo de indemnización ni de tener en cuenta su salario por año trabajado, como ocurre con un despido objetivo en el que se le deberían 20 días de salario por año trabajado.
Por ello, es fundamental que gestiones correctamente tu carta de despido para evitar dificultades a la hora de recibir la liquidación por despido disciplinario, ya que se considera un despido fraudulento.
Impugnación de un despido disciplinario
A continuación, veremos cómo puede defenderse de un despido disciplinario. Después de leer sobre los motivos y tipos de despido, así como sus consecuencias, podemos valorar la dificultad.
Cuando el despido disciplinario es procedente, pondrá fin a tu relación laboral sin que tengas que percibir remuneración alguna. Además, al no existir preaviso en su tramitación, no tendrás tiempo de buscar otro empleo antes de abandonar la empresa.
El despido improcedente es la forma más perjudicial en que un empresario puede rescindir el contrato de un trabajador. Por ello, lo más conveniente para el trabajador suele ser intentar recurrir a la decisión. Al hacerlo, podríamos cambiarlo por un despido improcedente, que -aunque no suele suponer el reempleo- te dará derecho a recibir una indemnización económica.
Si te enfrentas a un despido disciplinario, aumenta tus posibilidades de éxito consultando con un abogado laboralista especializado en este tipo de casos.